Y vamos con la tercera parte, cuando esto era Al-Ándalus y esta zona de Extremadura, más el Alentejo portugués eran el reino Aftasí. Lamemtablemente esta es la parte de la que menos se sabe de la historia de nuestra región, porque parece que por aquí a la gente le daba más gustito ser descendientes de romanos que de árabes, y eso que tienen espejos.
En el año 875 Ibn Marwan, llegó desde Mérida y fundo la ciudad de Badajoz, que se mantuvo independiente hasta el año 930 en que fue conquistada por Abd-al Rahman II y paso a estar bajo el dominio del califato de Córdoba. Para entonces la ciudad contaba con un recinto amurallado, barrios, mezquitas y un alcázar.
Entre 1013 y 1091 Badajoz se convertirá, bajo la dinastía Aftásida, en reino Taifa independiente, erigiéndose en uno de los más extensos y poderosos de la península ibérica.
No hay información, ni restos arqueológicos que nos permitan saber si en lo que hoy es Olivenza existía algún asentamiento, aunque es muy posible que las tierras fueran ocupadas por latifundistas para su explotación agrícola-ganadera.
La primera Taifa de Badajoz se creó en el año 1013, tras la desintegración del Califato de Córdoba, por el liberto Sapur, antiguo esclavo de Alhakén II, dominando gran parte de la antigua lusitania, lo que incluía Mérida y Lisboa.
Al morir Sapur, el año 1022, le sucedió Abdallah de Ibn el-Aftas, de origen familiar bereber, pero de nacimiento andalusi. Abdallah creó su propia dinastía, los Aftasí, sucediéndose hasta cuatro de sus miembros.
Tras la muerte de Abu Bekr, estalló la guerra civil entre sus hijos, Yahya y Abu, que es quien gano. Él combatiría junto a los almorávides contra las tropas cristianas en la batalla de Zalaca. En el año 1086 las tropas musulmanas derrotaron a Alfonso VI de Castilla, en la batalla de Zalaca (Sagrajas), en los alrededores de Badajoz, esto retraso la conquista del territorio por parte de los cristianos.
Como sucedía en todos los reinos árabes de la época, la vida ciudadana era intensa, con iniciativas culturales e intrigas políticas, que minaron la unidad de los árabes y permitieron el triunfo de las tropas cristianas en 1228.
Pero regresando al reino Aftasí, es importante recordar que había una biblioteca en el Alcázar y se escribió allí, durante el reinado de Al-Mudaffar, la mayor enciclopedia de los árabes en España.
Después, en el año 1094, Badajoz paso a manos de los Almorávides y en 1148 a los Almohades. En el año 1169 se adueña de la ciudad el rey portugués Alfonso Enriquez, que la dominaría solo un año. En 1170 vuelve a ser territorio musulmán, hasta que en 1230 es conquista por Alfonso IX de León y pasa a estar bajo dominio católico hasta la actualidad.
El avance de las tropas leonesas del Rey Alfonso IX hacia la conquista de la ciudad de Badajoz en el año 1230, es el primer momento histórico documentado que nos habla de Olivenza.
Sabemos que el rey Alfonso IX cedió estas tierras a la Orden del Temple, como muestra de gratitud por su colaboración en la ocupación del territorio, en su lucha contra los árabes. Esto ocurría en el año 1228, dos años antes de la toma de Badajoz.
---------------------------------------------
La orden del Temple, era de carácter militar y religioso, Fue fundada en Jerusalén, después de la primera cruzada, en 1118, por nueve caballeros franceses, a la cabeza de los cuales estaba Hugo de Payens.
Su nombre original era Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (Pauperes Conmilitones Christi), pero después se les llamo Caballeros del Templo de Salomón (Milites Templi Salomonis), porque el primer rey cristiano de Jerusalem, Balduino I, los hizo instalar en los restos de la mezquita de Al-Aqsa, asentada sobre el antiguo templo del rey Salomón.
Después de nueve años la orden de los caballeros templarios salio de Tierra Santa y recorrió Europa buscando apoyo para su labor. Fue muy bien recibida gracias a la ayuda de Bernardo, que ayudo a redactar la regla de la Orden, basada en la de San Benito., de los que adoptaron el hábito blanco, al que después le añadieron una cruz roja. EN 1228 la Orden obtuvo del Papa Honorio II la aprobación pontificia.
Esto permitía a los templarios estar solo sujetos a la obediencia al papa, se les excluía de la jurisdicción civil y eclesiástica; se les permitía tener sus propios capellanes y sacerdotes, pertenecientes a la Orden; se les permitía recaudar bienes y dinero de variadas formas ( por ejemplo, tenían derecho de óbolo - esto es, las limosnas- que se entregaban en todas las Iglesias, una vez al año). Además, éstas bulas papales, les daban derechos sobre las conquistas en Tierra Santa, y les concedían el derecho de construir fortalezas e iglesias propias, lo que les dio gran independencia y poder.
Al principio, en Jerusalem, se dedicaron a escoltar a los peregrinos que acudían a los santos lugares. Aunque los fundadores eran solo nueve, no hay que olvidar que eran caballeros, lo que significa que tenían varias personas a su servicio, por lo que quizás la Orden pudo estar compuesta en realidad por unas 30 ó 50 personas, entre caballeros, peones, escuderos, servidores, etc.
50 años después de su fundación, los Caballeros de la Orden del Temple se extendían ya por tierras de lo que hoy es Francia, Alemania, Reino Unido, España y Portugal. Hacia 1220 eran la orden más grande de Europa, con más de 9.000 encomiendas repartidas por todo Europa, unos 30.000 caballeros y sargentos (más los siervos, escuderos, artesanos, campesinos, etc.), más de 50 castillos y fortalezas en Europa y Oriente Próximo, una Flota propia y puertos propios.Todo esto les permitia presatar dinero a los reyes.
Pero las derrotas frente a Saladino, los hicieron retroceder en Tierra Santa, lo que llevo a la desintegración del reino de Jerusalén. En 1248 el rey Luis IX de Francia, también conocido como San Luis, llamo a la séptima cruzada. Cometió el error de hacerlo a través de Egipto, donde cayo prisionero de su enemigos, fueron los Templarios quienes negociaron su rescate y le prestaron al rey el dinero para salir en libertad.
En 1291 tuvieron que trasladarse a Chipe, intentando desde allí reconquistar sus posiciones en Oriente Medio.
A los templarios debemos el concepto de banca moderna, pues ellos en su afán de abastecerse para la conquista de Tierra Santa, establecieron un sistema de encomienda. Para que nos entendamos. Si a los templarios les donaban un molino, ellos compraban el bosque cercano, las tierras de labor, los derechos sobre el pueblo, y así formaban encomienda.
Al ser conocidos como buenos economistas, muchas personas les confiaron su dinero, y como estaba por toda Europa pusieron en marcha una red de “sucursales” lo que posibilitaba que la gente viajara sin dinero en metálico, evitando así los robos.
Su objetivo siempre fue recuperar Tierra Santa y poder mantener allí un ejército defensivo, por lo que el lema de la Orden era:
"Non nobis, Domine, Non Nobis, Sed Nomini Tuo Da Gloriam"
(No para nosotros, Señor, no para nosotros sino en Tú Nombre dános Gloria).